¿Fantasías o realidad?

¿Lograrás distinguirlas?

En el País de las Maravillas que describió en sus obras el gran Lewis Carroll, a su persona, Alicia, le ocurrían cosas realmente fantásticas e insólitas. Alicia podía cambiar de tamaño con facilidad, hablar con animales o conocer a un sombrerero loco. Sin embargo, entre todas las escenas de la obra, nuestra favorita es sin duda la locura de la fiesta del té.

En ella, el sombrerero loco le revela a Alicia que el País de las Maravillas es un lugar tan mágico que allí es imposible distinguir la fantasía de la realidad para cualquier persona. ¿No lo crees? Pues presta mucha atención al siguiente truco basado en este singular hecho.

Mostramos a nuestro espectador las siguientes 18 cartas, las cartas del lado izquierdo representan la realidad, antes de entrar en el país de las maravillas donde aún la podemos distinguir y las cartas del lado derecho el mundo de las fantasías. 

Como podéis ver, las cartas están colocadas en forma de espejo, es decir, desde el centro, el lado derecho, el de la fantasía comienza con el As, dos y así sucesivamente. E igualmente ocurre mirando hacia el lado izquierdo, es decir, el de la realidad.

Ahora vamos a recoger las cartas y a adentrarnos en el espejo que cruzó Alicia y ver qué ocurre.

Comenzamos a contar nuestras cartas, desde el 1 hasta el 9, colocando estas en un primer montón. El montón de la fantasía. Después, procedemos de forma análoga a contar y colocar las de la realidad, teniendo dos montones separados como se muestra.

Ahora, sin embargo, en el País de las Maravillas estas se distorsionan y se mezclan...así que vamos a ir deletreando F-A-N-T-A-S-Í-A-S-R-E-A-L-I-D-A-D, pasando una carta de arriba a abajo por cada letra, comenzado por cualquiera de los montones.

Además, le decimos a nuestro espectador que nos puede parar queda vez que lo desee, sin límite y cada vez que lo haga, cambiaremos de montón y seguiremos deletreando en el otro. Es decir, si estábamos con el de la fantasía y nos paró en la T por ejemplo, tomamos el montón de la realidad y seguimos deletreando desde la A.

Una vez que acabemos, resulta que la realidad y la fantasía sen han quedado tan mezcladas que incluso para un buen mago es imposible distinguirlas. Vamos tomando y mostrando a la vez una carta de cada montón y viendo que no coinciden.

En este país tan caótico y tan maravilloso a la vez lo único que pueden existir son pequeñas casualidades, momentos puntuales en los que sí podemos distinguirlas, pero son sólo instantes fugaces ( pueden coincidir dos cartas que sí sean iguales alguna vez, como en el ejemplo).

Pero seguimos mostrando el resto y efectivamente, por muy buenos magos que seamos no somos capaces de distinguir las fantasías de la realidad.

Pero claro, esto es sólo imposible para los buenos magos, pero no para los mejores...le damos la vuelta ahora al montón que teníamos de cara y vamos mostrando una carta de cada uno de los montones a la vez de nuevo y...

¡Resulta que los mejores magos sí somos capaces de distinguirlas! y no sólo una vez...

...sino siempre...incluso en el ¡PAÍS DE LAS MARAVILLAS!

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