Todos los números son fascinantes... hasta el 1729

¿Cuántas veces hemos escuchado la típica frase "la vida no es justa"? o más aún, ¿cuántas veces la hemos dicho nosotros mismos? y cambiando de tema, ¿cuáles son los matemáticos más importantes de la historia?

Como respuesta a la segunda pregunta, encontraríamos siempre nombres como Pitágoras, Euclides, Euler o Gauss. Sin embargo, ¿incluiríais en dicha lista al matemático Srinivasa Ramanujan? Probablemente la respuesta sea no, pero ¿ habeís oído hablar de él? Probablemente tampoco. Y este hecho, no demuestra más que que independientemente del sentido de justicia que cada uno demos a nuestra existencia, la vida no fue justa con este gran matemático hindú.

Srinivasa Ramanujan nació en la India en 1887 y es uno de los genios más fascinantes y enigmáticos de la historia de las matemáticas.

Pese a que tenía una educación muy básica en matemáticas, desde muy pequeño dejó claras sus dotes asombrosas para dichas ciencias, obteniendo de forma aislada numerosos resultados matemáticos originales y poco convencionales.

Dichos hallazgos, fueron enviados por el propio Ramanujan a Godfrey Harold Hardy, profesor de la Universidad de Cambridge. Éstos, lo dejaron tan asombrado, que en el año 1914, Ramanujan llegó a Cambridge, invitado por el propio profesor Hardy. Durante los años que estuvo allí, obtuvo casi 3.900 resultados matemáticos, contribuyendo de forma extraordinaria al desarrollo del análisis matemático, la teoría de números o las fracciones continuas.

Además, la mente de Ramanujan era tan mágica (él mismo decía que sus hallazgos eran divinos, revelados por una diosa) que han tenido que pasar más de 100 años, para que la comunidad científica pudiera comprender y dar uso a los resultados obtenidos por el matemático hindú en sus últimos cuadernos.

En ellos, aparece una función modular que ayuda a explicar y comprender nada más y nada menos que...¡los agujeros negros! 

Desafortunadamente, Ramanujan falleció con tan sólo 32 años. Murió de tuberculosis y fue un gran incomprendido de su tiempo porque su mente, sin duda, era demasiado mágica para la época en la que le tocó vivir.

En su lecho de muerte, cuando el profesor Hardy fue a visitarlo, al verlo en tal estado, no se le ocurrió más que comentarle que el número del taxi que lo había traído era el 1.729, el cuál, no era un número nada interesante. Ramanujan, inmediatamente le contestó:

"¡Oh, no!, Hardy, es el número más pequeño que se puede expresar como la suma de dos cubos de dos formas diferentes."

Y así es: 

Ningún número menor tiene esa propiedad.

No sabemos aún, si la función de Ramanujan desentrañará algún día todos los secretos que guardan los agujeros negros o no, pero, recomendamos ver la película "El hombre que conocía el infinito", biografía de Ramanujan, la cuál le da el lugar que sí le corresponde en la historia de las matemáticas.

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